Es posible que hace un par de milenios, algunos rincones de Canarias aún fuesen naturaleza auténticamente salvaje, salvaje en el sentido de lo inconsciente, de lo incontrolable, como algo ajeno a toda norma y sujeta sólo al orden del cosmos. Pero hoy en día esa naturaleza ha pasado a ser en esencia una naturaleza muerta: los edificios, los retretes, los sombreros, los parques y las piscinas naturales, todo pertenece a un orden establecido racionalmente.
Ahora bien, si la naturaleza que nos rodea es una naturaleza muerta, ¿ en qué lugar se encuentra la naturaleza viva? ¿Existe aún recónditos rincones donde poder reencontrarnos con ella? ¿ Ha existido alguna vez?. Éste ha sido mi punto de partida a la hora de iniciar esta reflexión pictórica.
Carlos Marrero CHR5
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